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A poco menos de un mes  celebrarán las fiestas en honor a la Virgen de la Natividad en el hermoso pueblo de Mazatán, ubicado a escasos 15 kilómetros al sureste de Compostela, Nayarit. Mazatán posee una rica historia que se ve reflejada en su arquitectura, tradiciones y en el actuar de sus habitantes.

Durante los festejos que se efectúan en el mes septiembre se realizan peregrinaciones, una procesión con la imagen alrededor de todo el pueblo y, por supuesto, el clásico jolgorio profano apoyado en bailes, caballos y la alegría de las simpáticas mujeres mazatecas.

A escasos 400 metros del humilde templo, dentro de una gruta conocida como “El Nixtocal”, están grabados en piedra algunos de los vestigios humanos más antiguos de la región, cuya edad oscila en los 5000 años, según la opinión de los expertos.

En sus alrededores abundan las tumbas de tiro y numerosos basamentos precortesianos, que, sin embargo, no tienen nada que envidiarle a las casonas de techos altos y amplios corredores construidas durante el periodo virreinal, edificios que esta comunidad conserva íntegros en casi toda su parte antigua.

Podríamos hablar mucho sobre el Mazatán decimonónico y su relación con el desarrollo de Costa de Chila; sin embargo, considero que un tema medular para sus habitantes es lo relacionado con su templo y su fiesta patronal, elementos importantes en la dinámica social de este pintoresco pueblo que reúne las características para ser integrado a los pueblos mágicos de México.

Lo crean o no, la devoción Mariana en Mazatán se origina oficialmente en el siglo XVII, a partir de que el Obispo Don Juan de Santiago y León Garabito realizó una visita de trabajo a la parroquia de Compostela. En 6 de febrero de 1679 dicho prelado tapatío bendijo una campana dedicada a San Francisco, perteneciente a la primitiva capilla del pueblo de Atlaco, cuyos habitantes también solicitaron la autorización para fundar una cofradía en honor a la Virgen.

El Obispo accedió y determinó que en ese pueblo de indios se rindiera el culto a la Virgen de la Limpia y Pura Concepción, para lo cual debían erigir un templo digno que además tuviera un hospital adyacente donde atender a los enfermos, numerosos en aquella época gracias a la gran afluencia de epidemias que imperaban en todo el reino.

El pueblo de indios de Santa María Asunción de Atlaco era mayormente conocido desde aquellas épocas como “Mazatán”, seguramente a que fue establecido en las faldas del cerro nombrado “Mazatepec”, antiguo santuario indígena.

Para el año de 1699, los integrantes de la “Cofradía de la gloriosísima Nuestra Señora de la Limpia y Pura Concepción” habían levantado “una iglesia mediana de paredes de adobes con su cubierta de paja, con tres ventanas abiertas, la una está en la frontera donde están pendientes las campanas, una grande y otra pequeña".

Anualmente, los indios de Mazatán elegían por votación al mayordomo de su cofradía, ante la presencia del señor cura y los alcaldes del poblado. El elegido administraba los ganados y labores agrícolas de la organización, mismos que producían el capital necesario para mejorar el templo y su culto.

En el año de 1695, el mayordomo Bartolomé Juan construyó un lujoso retablo de madera cubierto con chapa de oro, el cual estaba dedicado a la Virgen de la Asunción, la patrona del lugar antes de que se fundara la cofradía. En otro pequeño altar, Juan Bartolomé colocó una escultura de la Virgen de la Concepción “con su corona y media luna de plata”, pieza que en total costó 28 pesos.

Sin duda alguna, esta última Virgen es la que todavía se venera en Mazatán, aunque su advocación actual esté relacionada con la Natividad.

De igual manera, el enorme edificio que actualmente es utilizado como curato o sacristía en Mazatán fue en un principio el "Hospital de indios de la Limpia y Pura Concepción", donde los naturales iban a atenderse cuando los aquejaba una enfermedad. Esta institución era atendida por las cofradas casadas y de edad avanzada.

Pasados los siglos, el templo de Mazatán tuvo que ser reparado en reiteradas ocasiones, ya que la pobreza de los indios y los problemas que tenía la cofradía con los grandes latifundistas de Compostela generaban un importante flujo de capital (por ejemplo, constantemente el Conde de Miravalle retenía el ganado pertenecientes a Mazatán a raíz de que éstos se metían a sus terrenos).

Para el año de 1720 el mayordomo Mateo Vázquez concluyó la construcción de una primera fachada de la iglesia, pero lamentablemente el edificio ya estaba a punto de derrumbarse para los años 50 de ese siglo. Por ello el Bachiller Antonio de la Peña (cura de Compostela en aquel periodo) sufragó con recursos propios las reparaciones del templo, mismos que no concluirían hasta entrado el año de 1800.

En diversas ocasiones los sacerdotes de Compostela se resistían a celebrar la fiesta de la Virgen por miedo a que el templo se cayera en medio de la ceremonia religiosa. Hasta el momento desconocemos por qué la fiesta mariana de Mazatán se cambió a septiembre, pero indudablemente el culto a la Virgen en aquella región nace y se desarrolla a través de lo que acabo de redactar.

Ojalá que en un futuro cercano podamos seguir descubriendo el origen de otros elementos culturales pertenecientes a este pueblo mágico, caracterizado por sus hermosas y alegres mujeres de ojos claros, agradables paisajes naturales, excelso café, soberbia arquitectura virreinal y numerosos misterios que bien vale la pena atreverse a explorar.

imagen de la virgen de mazatan
HISTORIA DE MAZATAN NAYARIT

Fotografía y texto: Rodolfo Medina Gutiérrez

replicas de campanas - Unknown Artist
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